En este séptimo año de dirección al frente del Ballet Nacional de España, considero que es el momento idóneo para afrontar un nuevo desafío, una obra dramática y argumental, desarrollada a través de la danza, con la complejidad y responsabilidad que eso conlleva.
Mi deseo continuo de enriquecer y desarrollar la capacidad interpretativa de los versátiles artistas del Ballet Nacional de España me ha llevado a encontrarme con Antonio Ruz, creador contemporáneo formado también en la Danza Española, que ha sabido sacar de cada uno de nosotros, no solo nuestro movimiento, sino también el alma de nuestras personalidades.
Cuando Antonio Ruz me ofreció el título de Electra, me pareció muy atractivo y sugerente: un título universal, pero no muy explotado dentro del mundo de la danza. Mi única premisa fue que, además de marcar su personalidad como creador, en toda la obra se respirara nuestra cultura, nuestras raíces y nuestras costumbres, por lo que se decidió que esta Electra estuviera ambientada en la España rural del siglo XX.
La influencia flamenca y de la Danza Española queda plasmada en la obra por la colaboración coreográfica de Olga Pericet, que ha impregnado pasajes de la obra con su personal estilo como creadora.
El desarrollo dramático ha sido adaptado por Alberto Conejero, la música que acompaña cada una de las escenas, ha sido concebida de manera totalmente descriptiva por Pablo Martín Caminero y Moisés Sánchez, y la composición flamenca por el guitarrista Diego Losada.
Este ballet es un nuevo reto para el Ballet Nacional de España. Una Electra visceral y humana, que habla desde lo más profundo del corazón en la búsqueda de libertad.
Antonio Najarro, director del Ballet Nacional de España