La inmolación de Medea en el templo abrasada por la furia vengadora de las llamas constituye uno de los momentos más sobrecogedores y visionarios de la historia de la ópera. Así lo reconoció Wagner —admirador confeso de esta obra— al replicarla al cierre de su monumental Ocaso de los dioses, y así lo reconoció también Maria Callas, quien con su inigualable talento dramático convirtió este casi olvidado título en uno de los más personales jalones de su carrera.
El genio de Cherubini reinó en la Francia republicana de la década de 1790 y produjo una honda impresión en el joven Beethoven, aunque, con el cambio de siglo, su nombre se retrajo frente a los de Spontini y Rossini, y se ganó la fama de autor malhumorado y conservador. Noble y majestuosa como una escultura de Canova o un fresco de David, pero internamente sacudida por la arrolladora personalidad de su protagonista, la ópera Medée ofrece insospechadas posibilidades de desarrollo escénico y dramático acorde con «los desvaríos armónicos, las transiciones bárbaras y el cromatismo exagerado» que —de acuerdo con un temprano crítico de la obra— atesora su partitura.
Edad recomendada: a partir de 12 años
Duración:
Acto 1: 60 minutos
Intermedio: 25 minutos
Actos 2 y 3: 65 minutos