Decir que “Julio César” es una obra de gran actualidad resulta una obviedad, puesto que todas las obras de los grandes genios en general, y de Shakespeare en particular, lo son por definición. Sin embargo, en el caso del título que nos ocupa, me gustaría destacar su conveniencia y oportunidad en el momento presente.
Todos los expertos en Shakespeare coinciden en que el lenguaje de “Julio César” es tosco y directo, alejado seguramente de la riqueza estilística propia del dramaturgo inglés. Estoy convencido de que dicha austeridad verbal le confiere a la pieza una fuerza y una violencia poco común sobre el escenario. Me gustaría poner el acento de nuestro montaje precisamente en las palabras, en su fuerza poética y evocadora, y, de manera muy especial, en su capacidad provocadora, en su capacidad potencial para modificar el ánimo y alterar la conducta de los que las escuchan. Una manipulación, la verbal, que casi siempre está al servicio del más fuerte, del que ostenta el poder, y que casi nunca está al servicio del pueblo, es decir, de nosotros.
“Julio César” es una obra eminentemente masculina y castrense: los hombres y la guerra, los hombres y el poder que cambia de manos a través de la guerra y del golpe de estado. En este sentido, comprobamos cómo, por ejemplo, las dictaduras militares se adueñaron de toda América Latina a lo largo del siglo XX, como reacción al periodo colonial, en busca de la libertad del pueblo frente al invasor imperialista de siglos atrás. Por todo ello, creo firmemente en la oportunidad y conveniencia de la lectura en clave contemporánea (aunque no únicamente actual) de “Julio César”, en un momento claro de banalización del lenguaje y de pérdida de valor de las palabras y, por lo tanto, de las ideas.
Paco Azorín
SINOPSIS
Cayo Julio César, político y militar romano, vivió y murió hace más de dos mil años. Sin embargo, la controversia sobre las circunstancias de su muerte ha llegado hasta hoy con una nitidez asombrosa. William Shakespeare recrea en esta obra la conspiración en contra del dictador romano, su homicidio y sus secuelas. Nos encontramos ante dos pilares fundamentales de la política y de la cultura universal, convertidos ya en mitos y que aquí aparecen como un tándem indisoluble: Julio César y William Shakespeare.