Edipo reina en Tebas contando con la veneración del pueblo y el amor de Yocasta, la viuda de Layo, el rey muerto, ahora convertida en su esposa. La ciudad está asolada por numerosos males y sus habitantes acuden a Edipo para que interceda por ellos.
Desde Delfos, desde el altar de Apolo llega la noticia, traída por Creonte, que señala a quien mató a Layo como causante de todos los males. Sólo su castigo salvará a Tebas.