El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida abrió en 2017 su cuarta sede oficial en la ciudad romana de Cáparra, el primer escenario del certamen que vió la luz en la provincia de Cáceres. A esta extensión se suman las ya existentes en Medellín, Regina y Madrid.
A pocos kilómetros de la ciudad cacereña de Plasencia, en el término de Oliva, nos encontramos con el cautivador yacimiento de Cáparra. Una ciudad que bajo el dominio de Roma llegaría a convertirse en un importante nudo de comunicaciones en el eje norte-sur entre Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga) que forma la Vía de la Plata. Esta situación estratégica le aseguró un lugar preferente entre los municipios romanos de la Lusitania, impulsando su desarrollo y su paulatina monumentalización, de la que dan fe los numerosos restos arqueológicos.
Amurallada en su totalidad, Cáparra tenía tres puertas de acceso, situadas respectivamente al sureste, este y oeste. Dos eran las vías principales que vertebran la ciudad, el cardo y el decumano. En el centro del yacimiento se encuentra el arco de Cáparra, símbolo indiscutible de la ciudad y junto al cual se situará el escenario donde tendrán lugar las distintas obras teatrales programadas que detallamos a continuación.
Junto con Madrid, Cáparra es una de las extensiones más largas del Festival de Mérida y este año, acogerá cuatro espectáculos, todos de la pasada 68ª edición: El aroma de Roma (10 de agosto), La tumba de Antígona (11 de agosto), Miles Gloriosus (12 de agosto) y ¡Qué salga Aristófanes! de Els Joglars (13 de agosto).
Y, además, este año el Festival amplía horizontes con una actividad en Plasencia, que acogerá el 10 de agosto el pasacalles Aquiles de la compañía La Fam, que triunfó en las calles de Mérida en la 67ª edición (año 2021).