Imperium. Imágenes del poder en Roma
La sociedad romana utilizó las imágenes de los emperadores como un potente recurso político del poder. Estos rostros oficiales de hombres y mujeres del Imperium se hicieron presentes en todos los rincones del mundo romano por distintos medios y soportes.
Por un lado, la efigie oficial del emperador y su familia se acuñaba en las monedas, junto a sus títulos y símbolos. Por otra parte, en los espacios más importantes de las ciudades grandes estatuas, bustos-retrato y relieves narrativos mostraban a los emperadores, emperatrices y jóvenes príncipes como emblema del Imperium.
Estas imágenes del poder adoptaban formas muy diversas, desde piezas colosales que asombraban a los ciudadanos a pequeñas imágenes domésticas que simbolizaban la adhesión de los particulares al régimen político. Relieves narrativos que recordaban las hazañas imperiales de mil batallas, los actos solemnes religiosos o las escenas más populares de quienes formaban el Imperium.
El Festival internacional de Teatro Clásico de Mérida y el Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) siguen uniendo sus fuerzas con un nuevo proyecto expositivo, IMPERIUM. Imágenes del poder en Roma, una cuidada selección de imágenes imperiales que nos muestran y acercan a emperadores y emperatrices que hicieron la Historia de Roma, una historia narrada y mil veces compartida en el seno del teatro clásico.
Trinidad Nogales Basarrate, Comisaria de la exposición.
Directora del MNAR.
Junio de 2021 a mayo de 2022.
Museo Nacional de Arte Romano. Nave Principal.
Theâsthai
Theâsthai: mirar, contemplar… quizás esa inquietud, que nos convierte a todos un poco en voyeurs, es la que nos inclina a fotografiar. Es necesario un buen entrenamiento de la mirada y de la mente, un gran ejercicio de contemplación serena, aplicando el corazón, amando lo que el sentido de la vista envía a tu cerebro… a tu alma en definitiva.
Así, Theâsthai trasciende lo físico y se convierte en espiritual, evoluciona para generar nuevos términos, se mezcla con tron y origina théatron, que etimológicamente significa instrumento o lugar para observar o mirar. Y este concepto realmente es lo que la fotografía teatral debe ser.
Aquí nos la jugamos todos: las actrices y los actores porque no hay segundas oportunidades, los fotógrafos porque sabemos que no hay marcha atrás. Incluso el público que siente la necesidad de estar atento a la escena porque sabe que cada instante es único y nunca más se va a volver a repetir. Por eso, la importancia de captar una buena imagen, algo que te permita volver a contemplar lo que ya se fue es un verdadero regalo. Es algo parecido a parar el tiempo, a eternizar un momento, quizá en ese sentido heideggeriano de que el tiempo pertenece al sentido del ser.
A menudo, cuando estoy en mi estudio editando fotografías, suelo pensar en la gran suerte que tengo al poder abrir esa lata de conservas que es ahora una tarjeta de memoria o fue hace años un carrete fotográfico. Ser el primer ser humano que tiene la fortuna de volver a ver y la necesidad de mirar y contemplar para comprobar
el resultado. Reproducir múltiples veces un mismo momento que va además acompañado de vivencias emocionantes, lo cual en teatro es algo habitual, me convierte en un ser afortunado.
Con esta selección quiero invitaros a traspasar esa regla del tiempo tan presente como evidente, la de que lo pasado no vuelve, y mostraros cómo viví aquello, con qué momentos fotográficos me quedo de estos últimos años en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Invitaros a mirar, contemplar… eso es Theâsthai.
Diego Casillas
Del 4 al 28 de mayo de 2021. Casa de la Cultura 1o de Mayo.
Santiponce (Sevilla).
Tempus fugit. La concepción del tiempo en la antigua Mérida
Tempus fugit: el tiempo huye. Este conocido dicho latino fue entresacado de una composición del antiguo poeta Virgilio, divulgándose desde ese momento como máxima fundamental de la fugacidad del tiempo.
El Museo Nacional de Arte Romano, en colaboración con el Festival de Teatro Clásico de Mérida, organiza una nueva exposición temporal inaugurada el próximo 18 de mayo, Día Internacional de los Museos. En esta muestra se presentan las diversas facetas que comportaban el paso del tiempo en la antigua Mérida, con especial atención a la época romana, pero con alusiones a periodos posteriores.
Desde un punto de vista temático, la muestra se divide en cinco partes: la primera se centra en la dimensión mítica del tiempo; la segunda aborda la división del tiempo, desde el cómputo de las mínimas fracciones hasta intervalos más amplios, así como los instrumentos empleados en su medición; la tercera parte afronta el tiempo de la persona, con especial atención al ciclo vital y la esperanza de vida; la cuarta parte expone las formas de medir el tiempo en otras culturas posteriores a la romana; la quinta, y última
parte, encara la interesante cuestión del tiempo en la arqueología, señalando los diferentes sistemas empleados por los profesionales para fechar todo tipo de elementos del pasado. Todos estos aspectos estarán ilustrados, en su mayor parte, con piezas de la colección del Museo Nacional de Arte Romano, aunque también se presentan otras piezas muy interesantes de la Junta de Extremadura
y el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.
La exposición se acompañará de un catálogo digital (que estará disponible próximamente en la web del Museo), en el que se ampliará el contenido de los paneles y se incluirán explicaciones detalladas de cada pieza o conjunto de piezas expuestas.
Mayo de 2021 a mayo de 2022.
Museo Nacional de Arte Romano.
Sala IX planta 2.
Koilon
[Koilon es, en el teatro griego, el graderío; el lugar desde el que se contempla]
Escenas, personajes, gestos, momentos parados en el tiempo por la magia de la fotografía. El fotógrafo es el primer espectador, el situado el más cercano a la scaena gracias a sus objetivos, encargados de definir las imágenes en el sensor, capturar la luz a través de las lentes, y demostrarnos que sin luz no hay fotografía, pero que la luz está ahí, incluso cuando cae la noche y empieza la magia del teatro.
La versión de Heráclito de Éfeso sobre la paradoja de reemplazo de Teseo dice que nadie se baña dos veces en el mismo río. Lo mismo podría decirse de la fotografía. El instante que queda inmortalizado por un conjunto de lentes, obturador, diafragma… es un tesoro. No ha habido ni habrá nunca ninguno igual que ese preciso momento.
La atmósfera, la luz, el polvo que levantan los pasos de los actores sobre la arena del proscenio y el gesto de los protagonistas, el dolor, la rabia, el amor, la ternura, la risa, la vergüenza, el odio… son distintos en dos imágenes tomadas en instantes coincidentes incluso con idénticos dispositivos. ¿Qué marca entonces la diferencia? ¿Qué elemento es el agua que fluye en este caso y que convierte una imagen en un reguero de mudas explicaciones? La mirada del artista.
Jero Morales es el fotógrafo que ha atesorado estos preciosos y únicos momentos para el Festival de Mérida desde que Pentación Espectáculos se hizo cargo de la dirección, hace ya 10 años. Por sus diferentes objetivos (una Canon….) han pasado a lo largo de esta década lo mejor del firmamento nacional de estrellas. Con su ojo experto y su herramienta, primero analógica y luego digital, Jero ha sabido parar el tiempo en el drama, la comedia y la tragedia, estudiando cada contacto para elegir el mejor de los posibles. Su aprovechamiento de la excelente materia prima que ha suministrado el director del Festival, Jesús Cimarro, nos proporciona a los espectadores un recurso imperecedero para avivar el recuerdo de grandes años de teatro clásico que quedará para siempre en el archivo fotográfico del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Este joyero, en el que hay desde imágenes (pocas) de las primeras funciones (que son gemas impregnadas de la pátina polvorienta del tiempo como un sello de autenticidad), hasta este colorido repaso a la historia reciente del certamen, se abre ahora para dejar salir esta recopilación de momentos detenidos en el tiempo que estarán expuestos en el lugar donde estos sueños teatrales ven la primera luz de Mérida, en la sede del Festival.
Del 28 de junio al 31 de agosto de 2021.
Sede del Festival. Calle Santa Julia, 5.