La ópera Dido y Eneas, una de las mejores obras de Henry Purcell desde el punto de vista dramático, cobrará vida mañana en el teatro romano de Mérida de la mano del recién creado Taller de Ópera del Conservatorio Superior de Badajoz ?Bonifacio Gil?, en el marco de la 60ª Edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Será la segunda ópera, tras el éxito de Salomé, que pase por el monumento en una edición en la que su director, Jesús Cimarro, ha querido que se diesen cita todas las disciplinas posibles: danza, teatro, cine, circo y música. La representación tendrá lugar a las 22:45 horas y los precios de las entradas oscilan entre los 7? y los 20?.
El taller de donde nace este montaje está impartido por las profesoras Sara Garvín y María Jesús Delgado y cuenta con la dirección musical de Santiago Pereira Buscema. Se ha optado por una interpretación con criterios históricos acorde con la práctica interpretativa de la época, utilizando en algunos casos arcos e instrumentos barrocos, como el clave y las flautas de pico.
Dido y Eneas es una de las primeras óperas enteramente cantada en inglés que se conserva, junto a Venus y Adonis de J. Blow. El lenguaje musical de Purcell aúna diversos estilos musicales. La obertura y las danzas son de estilo francés, los coros tienen un color inglés, mientras otros fragmentos tienden hacia lo italianizante. Al igual que conviven varios estilos musicales, también lo hacen los diversos géneros dramáticos de la época: lo pastoral y bucólico, lo heroico, lo cómico y los grotesco. Finalmente encontramos la tragedia en la intensa figura de Dido a quien intenta moderar su dama Belinda de personalidad templada y positiva. Dido y Eneas reúne así los componentes para ser un espectáculo rico y variado, dramáticamente convincente y cuya música se complementa a la perfección con la historia.
El argumento de esta ópera está basado en una historia contenida en el libro cuarto de la Eneida de Virgilio. Se centra en una parte muy concreta del relato: el enamoramiento de Dido, reina de Cartago, y Eneas, príncipe de Troya; y el posterior abandono de Eneas que debe partir a Italia.