¿La vida es un teatro y somos marionetas manejadas por alguien o algo superior? Esta pregunta forma parte del tópico de que la vida es puro teatro y que ha acompañado al hombre a lo largo de su historia. Eustaquio Sánchez Salor, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Extremadura, intentó desentrañar las diferentes fuentes de las que bebe este tópico humano en ?La vida humana como un teatro?, la primera de las conferencias del ciclo ?Encuentro con los clásicos? que se impartió ayer en el Museo de Arte Romano de Mérida.
La disertación de Sánchez Salor hizo reflexionar sobre nuestra vida y su grado de ficción o de realidad: si la vida es un teatro y somos marionetas manejadas por alguien o algo superior.
Para ello abordó las dimensiones de este tópico que considera al mundo como un teatro en el que los hombres desempeñan el papel que Dios, o los dioses, o la Fortuna le han asignado. El catedrático ofreció un estudio de sus sentidos o significados.
El tópico del teatro del mundo tiene una dimensión teológica: el convencimiento del hombre de que hay algo por encima de él que es quien decide todo lo que ocurre en el teatro del mundo. ?De acuerdo con esta distensión del tópico es Dios o el fatum o la fortuna el autor y director de la obra teatral que se representa en el mundo desde que existe el hombre. Es él el que distribuye los papeles y el que escribe el desarrollo de la acción?.
También una dimensión social: ?Los papeles que los hombres representan en este mundo son papeles teatrales, así las clases sociales bajas utilizan el tópico para anunciarles a los ricos que eso es pura farsa y se ha de acabar, y cuando se acabe todos seremos iguales?.
Y, el sentido moral: ?Si nuestra vida en el mundo es una comedia que tiene que acabar, para continuar con la vida real, conviene que representemos de la mejor forma posible el papel que nos ha correspondido?.