Podemos considerar a Nerón como el emperador artista, amante de la cultura y todas las artes. Pero ello no significa que no fuera a la vez un tirano cruel y déspota, como era lo habitual en su tiempo, capaz de asesinar a su madre Agripina, a su hermanastro británico, a su primera mujer Octavia y, de alguna manera, a su segunda mujer Popea.
La obra muestra cómo a lo largo de la historia cómo los pueblos cometen siempre el error de permitir la tiranía de locos sanguinarios por acción u omisión de los que están cerca del tirano.